Supongamos que te echo de menos
Supongamos que no me tiembla el pulso al verte
Supongamos que no puedo dejar de mirarte
Supongamos que no me gusta tu pelo, ni tus manos...ni mucho menos tu boca
Supongamos que mis domesticadas mariposas se vuelven salvajes cuando apareces
Supongamos que tu no sabes nada y que yo no quiero sentirlo
O sí...
Como clavarse el puñal a uno mismo, así, sin más, sin suposiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario